Buscar este blog

miércoles, 6 de enero de 2016

IDENTIFICA TU ESTRÉS

         ¿Qué tipo de estrés te causa más problemas?

El estrés es una reacción fisiológica común en nuestras vidas, aparece ante acontecimientos que se perciben como amenazantes, también en situaciones novedosas que requieren de un incremento atencional. Por lo tanto las situaciones que nos generan estrés no tienen por qué ser necesariamente negativa.



Existen diferentes tipos de estrés que cuentan con sus propias características, síntomas, duración y forma de darle solución. A continuación explicamos cada uno de los tipos de estrés:

Estrés agudo

El estrés agudo es el que más se repite en nuestras vidas, por lo general nuestros acontecimientos cotidianos facilitan la aparición de este tipo de estrés. Aparece ante las exigencias del entorno, que pueden ser del pasado reciente, como: haber suspendido un examen, una discusión con la pareja o un accidente de tráfico, etc.
Y pueden ser sobre la anticipación del futuro, acerca de algo que está por darse como: hacer el examen para unas oposiciones, una exposición importante, el nacimiento de un hijo, cambio de trabajo o de traslado de vivienda, etc.
Los síntomas que presenta este tipo de estrés son:
Problemas musculares debidos a la tensión acumulada, presentando dolores de cabeza, de espalda y mandíbula.
Un desajuste emocional que se manifiesta en irritabilidad, ansiedad y depresión.
Problemas de estómago relacionados con estreñimiento, gases o acidez.
Elevada presión sanguínea que se manifiesta en mareos, migrañas, palpitaciones, sudoración excesiva, dificultades para respirar y dolores en el pecho.
Este tipo de estrés se puede presentar en cualquier persona, y es el más fácil de poder tratar, aunque también es en el que se solicita menos ayuda.

Estrés agudo episódico

Este tipo de estrés se presenta en personas que tienen una gran autoexigencia, están siempre ocupadas, con prisas y responsabilidades, cualquier momento del día lo ocupan con alguna tarea, y tienen una continua presión. El trabajo y las relaciones sociales se vuelven estresantes, esto supone una carga mental y un agotamiento que se va acumulando, apareciendo irritabilidad y hostilidad con frecuencia.
Este tipo de personalidad y estilo de vida está asociado con el riesgo de padecer enfermedades coronarias, ya que son personas más propensas que otras con diferentes patrones de personalidad. Esta forma de estar en la vida genera estrés agudo episódico.
Los síntomas más comunes en este tipo de estrés son aquellos que se relacionan con lasenfermedades cardíacas, hipertensión y una agitación prolongada. La intervención de un profesional en estos casos se vuelve imprescindible, ya que este modo de vida es peligroso si no se modifica a tiempo.

Estrés crónico

El estrés crónico es el que permanece a lo largo de la vida de una persona, desgastándola y destruyéndola lentamente. Las consecuencias se pueden ver a largo plazo. Lo padecen personas que han vivido una guerra, que han convivido con familias muy conflictivas; también personas con trabajos que no les satisfacen, o personas que conviven con parejas con la que están siempre en conflicto.
Son situaciones en las que la persona ya no puede darse cuenta del estrés porque le resulta algo natural vivir así, acomodándose y habituándose, sin crear ningún tipo de recurso para afrontar las circunstancias estresantes. De forma que caen en la indefensión.
Las personas que con estrés crónico no tienen ningún tipo de esperanza, ni pretenden hallar soluciones a lo que les está generando un profundo malestar; la recuperación se basa en la autoindagación personal; manejo del estrés y de la conducta con ayuda de un profesional especializado. Muchos de los conflictos no resueltos se encuentran presentes desde la niñez mediante experiencias traumáticas que han dejado un dolor y sufrimiento permanente.
Estas personas tienen un alto riesgo de suicidio; se presentan ataques al corazón y tienen una gran predisposición a padecer cáncer.
Identificar el tipo de estrés que padecemos es una tarea importante, para hacernos una idea de su repercusión y las manifestaciones que conlleva, reconociendo la importancia que tiene ir alpsicólogo para mejorar y aliviar los síntomas del tipo de estrés en el que nos encontramos.

Combatir el estrés cotidiano

Aprender a relajarse es fundamental para combatir el estrés. Para cada persona hay situaciones, estrategias y lugares que resultan relajantes, y por lo tanto sanadores. La respiración, la concentración y la plena atención a nuestro cuerpo son técnicas útiles que nos ayudan a disminuir el estrés.
En el ritmo de vida que llevamos muchas veces, es necesario desconectar la mente y apartarse durante un tiempo de las situaciones diarias que provocan nuestra agitación.
Un viaje de relax, donde encontrar la calma puede ser un recurso reparador, una estrategia que nos permite equilibrar nuestro cuerpo y recobrar nuestra salud. Viajando a alguno de los destinos de bienestar y salud; un lugar que permita un descanso real, alejados de la rutina diaria, donde nos dediquemos todo nuestro tiempo para nuestra salud; para hacer ejercicio, relajarse en un balneario, pasear entre la naturaleza. Aprendiendo a darnos un espacio para vivir una vida menos agetreada y así reestablecer nuestra energía vital.
 Fuente:
 Por: Rafa Aragón
Disponible en: http://psiqueviva.com/que-tipo-de-estres-te-causa-mas-problemas/

martes, 5 de enero de 2016

EL FRASCO DE LA CALMA!!

EL FRASCO DE LA CALMA!!

Educadora, científica, médica, psiquiatra, filósofa, antropóloga, bióloga, psicóloga, feminista y humanista; la vida de Maria Montessori no fue nada corriente. Una historia de superación personal en un mundo dominado por los hombres.

Sin embargo, si por algo ha trascendido la vida y obra de esta mujer italiana, es por su faceta como pedagoga y sus revolucionarios métodos de enseñanza.
Hoy el método Montessori y sus interesantes preceptos educativos, son todo un referente a nivel mundial. Su éxito se debe a sus bondadosas técnicas, pensadas para empoderar a nuestros hijos, responsabilizarles de sus acciones, reforzar su autoestima y conseguir que desarrollen una personalidad armoniosa y equilibrada.
Una de sus ideas más fascinantes, curiosas y sorprendentemente efectivas es su “frasco de la calma”, una sencilla técnica con la que calmar y controlar las rabietas, molestias y llantos de nuestros hijos.

El frasco de la calma.

Como bien explica su nombre, su objetivo es calmar el estado de animo de nuestros hijos durante sus rabietas, ataques de llanto o situaciones de estrés.
El frasco es un simple bote de cristal o plástico lleno de agua, pegamento y brillantina, que es agitado frente a sus ojos con la intención de desviar su atención hacia los patrones y movimientos del liquido. Acompañando la acción de un tono cordial e instrucciones sobre su respiración, iremos concentrando al niño en el objeto consiguiendo que se calme.
Poco a poco iremos haciendo consciente a nuestro hijo de la relación que hay entre despejar la mente, cuidar la respiración y la reducción del miedo, el estrés y la ansiedad.
Con el tiempo, te sorprenderás al ver que es tu hijo el que de motu proprio, observa este bote para pensar sobre sus acciones.

La ciencia detrás del frasco.


Maria Montessori, primera mujer doctorada en medicina en Italia, explicó que el frasco permite a los pequeños organizar y centralizar su sistema nervioso central en un estímulo concreto.
Cuando el niño está estresado, su ritmo cardíaco y su respiración se aceleran y su mente se bloquea (cuántas veces le has preguntado a tu hijo por qué llora tras una rabieta y no sabía decirte la razón).
Sin embargo, al concentrarse en la lenta caída de la brillantina y sus formas, se genera una orden inconsciente que comunica al cerebro que disminuya la agitación. Poco a poco se crea una relación entre este patrón visual y la calma.
Cada niño es único y responde de manera diferente ante el “frasco de la calma”. Por ello no hay que olvidar que es una técnica, y como cualquier otro aprendizaje, requiere de cierta práctica.
La edad ideal para ponerla en práctica es entre los dos y cinco años. Así mismo debemos poner atención en que el tamaño y material del bote sea el apropiado al tamaño, habilidad y cuidado de nuestro hijo.

Receta para un “frasco de la calma”


Crear un “frasco de la calma” es muy fácil, solo debemos reunir los siguiente ingredientes.
  • 1 frasco de plástico transparente con tapa
  • 1 o 2 cucharadas de pegamento con brillantina
  • 3 o 4 cucharaditas de brillantina del color que quieras
  • 1 gota de colorante alimentario
  • Agua caliente
  • Champú infantil transparente
  • Cola caliente
Mezcla todos los ingredientes dentro del tarro dejando un dedo de aire para que el contenido se mueva cuando sea agitado.
El pegamento con brillantina y el champú transparente se usan para que existan fluidos de diferente densidades, y que la brillantina descienda de diferente forma y velocidad.
Cuando el contenido esté listo, pega la tapa utilizando la pistola termoselladora y la cola caliente para evitar que se pueda abrir.
Aunque la receta original en tiempos de Maria Montessori hablaba de un bote de cristal, creemos que actualmente los botes de plástico son más económicos y seguros.
Fuente:
Disponible en: http://lavozdelmuro.net/el-frasco-de-la-calma-la-tecnica-contra-el-llanto-que-esta-ayudando-a-padres-de-todo-el-mundo/
por Kike Pérez
el 28/12/2015 en Niños